domingo, 29 de noviembre de 2009

"El Agua y la corporeidad"

Por Lic. Mariela Papaleo
Psicomotricista
marielapapaleo@gmail.com

El eje del cuerpo. El espacio y el tiempo.
En la tarea terapéutica, las personas (niños, adultos con/sin discapacidad) que asisten al medio acuático, portan algún tipo de trastorno/incomodidad/dolencia/malestar, en su cuerpo... la conformación de la corporeidad, como lugar de unidad del sujeto, está en cuestión...

Algo está desarticulado, alguna parte del cuerpo puede no reconocerse como propia, en el caso de afecciones tempranas o adquiridas en la edad adulta, el sujeto advierte no estar integrada al resto del funcionamiento del cuerpo....
Cuestión que puede abordarse a través de un interesante proceso terapéutico que le es particular a cada sujeto.

La corporeidad, es decir, la unidad corporal del ser, es producto de la experiencia del sujeto en el mundo de los objetos y con los otros, ligado a la vivencia de integridad y de cohesión somatopsíquica.
Esa vivencia de unidad se conforma simbólicamente en el eje del cuerpo, como lugar inaugural de los primeros sostenes maternos/paternos, eje que nos atraviesa como una línea imaginaria desde la cabeza, se continúa en la columna vertebral hasta los pies (apoyos), eje que hace de nexo entre un hemicuerpo y el otro, diferenciados por sus funciones de ser más o menos hábiles/aptos para lo instrumental.

El origen del eje corporal
Nacemos como seres indiferenciados, sin la noción de poseer un cuerpo propio, ni del registro de movernos en un espacio-tiempo. Esto va siendo posible a traves del proceso de diferenciación con el mundo, (los otros, los objetos).
El cuerpo del niño pequeño evoluciona progresivamente del movimiento reflejo (patrones neurológicos que resultan en movimientos involuntarios y condicionados) al pasaje de acciones intencionadas motivadas por la curiosidad propia del infante, por lo cual accede a aquello que percibe significativamente; algo del mundo lo convoca...
Y a partir de la riqueza de experiencias, podrá automatizar acciones cada vez mas complejas que luego se conformaran en hábitos.
El tránsito del movimiento global al diferenciado, se da gracias a la posibilidad de segmentarización de las partes del cuerpo que se articulan entre si a partir del movimiento, para luego reunificarlas en imágenes que se integran, y conforman el sentir el cuerpo como una unidad.

En ocasiones nos sentimos fuera de nuestro eje... algo del ritmo, del tiempo, está alterado, disarmónico....Aparecen las tensiones, se focalizan en algunas zonas corporales... algo es necesario redistribuir en el espacio del cuerpo.
Me pregunto por qué si algo del tiempo es disarmónico esa coyuntura que nos sostiene se debilita...?

El eje del cuerpo, el espacio y el tiempo se fusionan primariamente. La huella de los primeros vínculos queda inscripta en él: el ritmo como categoría temporal, se inscribe como alternancia de la presencia-ausencia del otro, y la redistribución tónica, como categoriá espacial, a partir de los estados de tensión-distensión.

El agua y el eje corporal

A partir de tres tipos de informaciones establecemos ligazones tanto con el exterior como con nuestras sensaciones orgánicas:
La información interoceptivo (a nivel visceral)
La información exteroceptiva (la que nos llega del exterior, lo auditivo y lo visual) es captada a través del eje del cuerpo (vista y oído) y
Lo propioceptivo (información a partir de los cambios de posición y de contacto corporal)
Estos registros se conjugan y se resignifican en cada uno de nosostros de manera particular en el agua ... lo que es placentero para algunos, puede ser displacentero para otros... No todos aceptan el contacto... sin embargo a otros los organiza.
Lo sonoro como categoria que implica la sonoridad de la voz y los ruidos circundantes, puede ser de importancia para algunos, y no asi para otros. El ver lo que los otros hacen, puede aportar una imágen que contribuye a la propia ejecución en tanto semejanza o diferencia con otros.

Asi es como en esta tarea se proponen acciones tendientes al registro de unidad corporal:
...a partir de la extensión del eje corporal, (en oposición al repliegue o la flexión) los brazos y las piernas se continúan en esta línea que une los hemicuerpos, y que da lugar a la sensación de flotabilidad y de quietud.
...al cambio eventual de posturas, ubicando pasajes de una posición a otra, con la sensación de giro sobre este eje...
....a una temporalidad diferente que conlleva una mayor amplitud en los movimientos...

Y en esta otra temporalidad acuática pueden aparecer estados corporales de calma y de tranquilidad, o de gran inquietud...

Los estados emocionales actúan directamente sobre el tono muscular.
No se puede desestimar aquello que la persona manifiesta en relación a su hacer: sus imposibilidades debido a la acumulación tensional, la posibilidad por la redistribución tónica...

El agua nos provee de algunos recursos para reconstruir esa noción de unidad, probablemente desdibujada, desvanecida, debilitada transitoriamente... entre las múltiples ocupaciones cotidianas....en el agua es posible encontrar ese ritmo propio que nos resitua en nuestro eje.

domingo, 8 de noviembre de 2009

" El Cuerpo como universo sensorio-motríz."

Por Lic. Mariela Papaleo
www.espacioacuatico.com.ar
marielapapaleo@gmail.com


Los decires, las miradas, las escuchas acerca del cuerpo y de sus síntomas se despliegan a través de innumerables campos disciplinares.

Las ciencias médicas y las disciplinas que lo abordan ofrecen un saber consensuado y legalizado a partir del diagnóstico médico, con la consecuente terapéutica tendiente a "curar" ese síntoma.
Cada uno de estos campos disciplinares construyen un discurso que les es propio, y a partir de éste, (que no es ni mas ni menos que la teoría que sustenta la práctica) tienen determinada perspectiva, a veces llamadas " integrales" porque consideran a la persona y no sólo focalizan su síntoma.
En la medicina tradicional las "especialidades" cada vez mas "especializadas", aislan el dolor fuera del cuerpo y medican en consecuencia.

¿Se hablará del mismo cuerpo?

El cuerpo presenta síntomas que aluden a ciertos malestares que se manifiestan a través de signos: de las acciones, de las inhibiciones, de los padecimientos psíquicos dichos o no dichos a traves de la palabra. Algo del funcionamiento aparece ruidoso, disfuncional.

El cuerpo es fuente de tensiones y de placeres, de malestares y de remansos...el cuerpo es ante todo, un universo sensorio-motor.
Lo sensorio-motor, estadio descripto por Jean Piaget en su obra y situado como el período entre los 0-2 años inaugural en el desarrollo de la inteligencia del niño, alude a aquello que no tiene posibilidad de ser representado. Lo que le viene al niño del entorno, lo afecta del tal manera que sus acciones son consecuencia mas o menos inmediatas de lo que acontece.
Lo sensorial es a partir de lo cual conoce el mundo: lo visual y lo auditivo, lo olfativo, el gusto, el tacto. Estos sentidos se conjugan mas adelante en acciones mas complejas, como respuesta a lo percibido, que se diversifican y se enriquecen en la experiencia. Mas tarde, podra discernir y simbolizar sus acciones: acceder al lenguaje, a la lectura, a la escritura, al dibujo, al juego con otros.

En muchas ocasiones, lo que acontece en nuestro entorno, nos afecta de manera mas o menos directa, de acuerdo a nuestras capacidades de frustración y de tolerancia; al tiempo que vivimos nuestras experiencias placenteras o desagradables, sentimos y percibimos los efectos sobre el cuerpo, (muchas veces traducido en dolor, inmovilidad). No podemos procesar lo que nos acontece, queda entonces enmudecido en ese malestar.

En el cuerpo, los estados emocionales circulan a traves del tono muscular, que se da a ver en las posturas, en el gesto, en las actitudes.
Los estados emocionales y las tensiones que atravesamos en lo cotidiano se detienen a veces en alguna zona del cuerpo, y cuando se detiene produce dolor. Lo que ahi se detiene es la tensión, un estado elevado del tono muscular debido a situaciones de diversa índole.
El tono es la sede de nuestras emociones. Y la emoción es el registro tónico mas primitivo que nos ha dejado huella de nuestras vivencias mas arcaicas.
En la infancia temprana, se conforman los primeros registros tónico-emocionales a partir del placer-displacer, intimamente ligado a la presencia-ausencia de otro que asiste al niño en las necesidades básicas durante la crianza (afecto, alimentación, higiene, cuidados básicos que aseguren su supervivencia). No hay emoción que no se manifieste a traves del tono y que a su vez no lo modifique: llorar o reir, son emociones básicas que lo (y nos) modifican...


¿Cuantas prácticas se ocupan en la actualidad de ofertar medios para calmar...medicar...apaciguar...eliminar...curar estos dolores???

¿Por qué un dolor se ubica en una zona determinada y no en otra?

Todas las posibles acciones enumeradas anteriomente en pos del bienestar humano, aluden a ciertas técnicas de abordaje. Diversos ámbitos ligados a la medicina tradicional, y otros a lo alternativo, ofrecen tratamientos que operan como paleativos a esa dolencia o malestar corporal, ligada a mi criterio, a una acumulación de tensiones musculares, que necesitan de una redistribución. A partir de la reconstrucción de un nuevo mapeo corporal irán apareciendo registros de sensaciones que devuelvan el bienestar a fin de beneficiar el desarrollo de las acciones cotidianas.
Uno de estos ámbitos, dentro de este gran abanico de haceres terapéuticos, es el AGUA.
El agua como medio ofrece posibilidades de bienestar natural, ligado a las creencias que desde la Antiguedad nos viene dado y transmitido como una fuerte pregnancia en el imaginario social.
Según el enfoque de cada campo disciplinar será el método acuático utilizado, pero todas se unifican en un mismo criterio: será el AGUA un MEDIO PARA...promover la relajación, activar los centros energéticos, procurar la mejora de la movilidad articular y la flexibilidad, rehabilitar lesiones musculares o articulares dado su bajo impacto y la posibilidad de la no gravedad del cuerpo,.. según se trate de cada enfoque.
Lo cierto es que el AGUA porta un misterio en si misma, se vincula al inicio de la vida en el vientre materno, como primer espacio acuatico, y desde allí debe ser que nos ronda la idea de su carácter nutricio y su generosidad con la que nos envuelve.




viernes, 16 de octubre de 2009

DEL SOSTÉN A LA FLOTACIÓN: EL ENFOQUE PSICOMOTOR EN EL MEDIO ACUÁTICO.

Por Lic. Mariela Papaleo

¿Por qué ofrecer un trabajo en el medio acuático a personas con discapacidad?

De acuerdo a mi experiencia en este campo, en el caso de las personas con discapacidades que afectan sensiblemente o en profundidad el área de la comunicación, sea cual fuere su cuadro de gravedad, creo conveniente el medio acuático como ámbito que propicia el interés hacia otros objetos. Las sensaciones de excitación o de calma, que a menudo ellos experimentan de manera involuntaria, pueden ir encontrando matices. Se acota el espacio, hay bordes, un adentro y un afuera, límites precisos. Pueden aproximarse de un modo mas interesado al intercambio con los objetos y con los otros.
El medio acuático convoca al movimiento de por si. Y el movimiento que se socializa, que se pone en juego en el intercambio con otros, va quitándole poco a poco fuerza a la estereotipia (en muchos casos características de algunas patologías). Es decir, el movimiento que se dinamiza, que no queda fijo, prospera, se transforma en otra cosa, adquiere el valor de comunicación.

Presentaré una temática de especial interés en mi práctica profesional que surge del trabajo cotidiano en el medio acuático. Puede ser pensada para niños, adolescentes o adultos, con discapacidad o sin ella.

La temática del sostén y la flotación, está ligada a la especificidad de la actividad acuática, y creo oportuno considerar los aportes que la psicomotricidad ofrece en este campo.
La flotación puede pensarse desde el punto de vista de la física y con objetivos orientados al aprendizaje técnico, al rendimiento deportivo. También puede pensarse el cuerpo en el agua para ser rehabilitado, desde el punto de vista biomecánico, o como en este caso, tomar un recorte de aquello que nos puede aportar el enfoque psicomotor.
Nos preguntamos entonces, si el agua, ¿es de por si un elemento de sostén del cuerpo? Si así fuera ¿Por qué es necesario un “período de ambientación al medio” en todos aquellos que se inician en esta actividad? ¿Cómo se gesta el propio sostén en el agua? ¿Por qué estaría ligado a la flotación?


¿QUÉ ES EL SOSTÉN?

Gastón Bachelard en “El agua y los sueños” (1997) nos sugiere una vinculación entre el agua y las significaciones relativas al sostén materno: “De los cuatro elementos, sólo el agua puede acunar. Es el elemento acunador. Es un rasgo más de su carácter femenino: acuna como una madre. El inconsciente no formula su principio de Arquímedes, pero lo vive”.
El Dr. J. De Ajuriaguerra nos introduce con algunos conceptos para comenzar a pensar en la temática del sostén: el concepto de Holding (Winnicott, 1960) lo traduce como “mantenencia, que quiere decir al mismo tiempo ayudo y doy forma. No es únicamente un apoyo… Es más bien acoger. Cuando se dice mantengo, parece sostengo, pero es más que eso, estoy alrededor también, al mismo tiempo lo defiendo, estoy con él ”
El Psicomotricista D. Calmels (2001), define el concepto de sostén como una “instancia fundante en las funciones de crianza que ejerce el adulto en relación al niño”. La especifica como una necesidad básica. “La función de sostén prioriza la relación corporal a través del eje del cuerpo. El niño es alzado desde su tronco. [….] Durante la crianza, el sostén del adulto varía en una dirección que coincide con el desarrollo del tono muscular. El eje tónico-postural es el lugar hegemónico de la vida de relación en la primera etapa. Avanzado el tiempo, el territorio distal del cuerpo será una nueva zona de apoyo y de sostén” Y agrega: Cuando el “tener en brazos” se transforma en un “sostén” adquiere el valor de un dar. La sola acción de tener en brazos no garantiza que se esté produciendo un acto de sostén. El sostén de apoyo se compone de actos y acontecimientos, más que de simples apoyos”.

El enfoque psicomotor hace alusión histórica a la conformación del cuerpo en la crianza, en la que el niño va logrando su propio sostén a partir del sostén de otro. En los llamados “intercambios tónico-posturales” en el vínculo mamá-bebé, el niño va percibiendo un particular registro a nivel del tono y la postura: en la tensión-distensión, vive situaciones de comodidad-incomodidad, ligadas al placer-displacer. Estos modos de sostén y de acomodaciones recíprocas van creando una espacio-temporalidad en el niño: en lo espacial alguien lo aloja, le ofrece un lugar donde situarse; en lo temporal, aparecen los ritmos primarios preponderantes de sueño-vigilia, hambre-saciedad, estrechamente ligados a los cambios en el tono.
En estos sostenes de la crianza, las acciones del adulto ejercidas sobre el niño, matizan estos estados tónicos, tienden a la modulación del tono, variable de acuerdo a los estados emocionales. Sensaciones primarias que van anidando en su estructura tónica, y en ella se irá arraigando la ontogénesis postural. El niño inaugura allí sus primeras nociones de espacio-temporalidad. Desde ese espacio parcial que lo circunda, acogedor, confiable en los brazos de otro, comienza a emprender el camino hacia su autonomía.

El cuerpo es gestado en el vínculo con otros, junto a otros, en presencia o no de patología neurológica. Durante la crianza, la significación humana respecto del accionar del niño (cuyo entramado es el lenguaje), permite que el puro impulso motor, la rigidez del tono, las crispaciones, devengan en gestualidad. Vale decir, lo motor adquiere el estatuto de psicomotor, cuando adviene el deseo de relacionarnos, de ubicar una dirección y un sentido en el hacer cotidiano, y esto sucede más allá de cualquier discapacidad o cuadros lesionales severos (de acuerdo a caso, varían las posibilidades de comunicación con el entorno).

Considero que la vivencia del sostén pone en juego el registro de sensaciones ligadas al equilibrio, a referencias auditivas y visuales, pero asimismo adquiere un valor simbólico en nuestra cultura. En este sentido, dejarse sostener está ligado a la confianza.
Pero, ¿con qué cuenta aquel que aún no ha vivenciado el sostén en la flotación?
Podríamos decir, que con un sostén previo que no es ni más (ni menos) que nuestra conformación como sujetos.
Sin embargo las primeras imágenes que anticipan la acción de “flotar solos”, están ligadas a la sensación de caer al vacío, es decir, a la del no sostén.
La sensación de quien aún no flota es el temor a caerse, a hundirse sin poder salir, pero sobretodo el temor a no ser sostenido. Razón por la cual creo tan importante la presencia allí del otro… Temor a no ser sostenido… ¿Por el agua o por quien lo asiste?
Allí mismo surge el dilema, y ahí caemos en la trampa de creer que el agua es de por si un elemento de sostén.


EL PROPIO SOSTEN EN JUEGO
Las primeras aproximaciones al agua se dan en un “proceso de ambientación” que es progresiva, para poder arribar luego al “logro de la flotación” tan esperada por todos: el profesional, los padres (en el caso de los niños) y hasta por el sujeto mismo. De ser para él aquello tan temido, una vez lograda la posibilidad de la flotación pasa a ser un descubrimiento muy placentero. Esto le permite desplazarse de manera horizontal, ensayando movimientos espontáneos a veces similares a las técnicas de nado.
Podemos aproximar tres conceptos que estarían ligados: sostén- flotación - autonomía. ¿Necesariamente se suceden en este orden?, ¿admitirían otro modo de ordenamiento…?
La mirada psicomotríz invita a indagar otras maneras de pensar la flotación. FLOTAR, podría definirse en cierto modo como un entregarse al apoyo que nos ofrece el medio líquido. Apoyo relativo, fluctuante, no sólido, inestable, diferente al habitual. El cuerpo suspendido, oscilante, con la sensación de liviandad solo posible de ser experimentada allí.
Quienes logramos pasar del dominio de la verticalidad a la horizontalidad acuática como modo de desplazamiento, sentimos que el agua nos sostiene… confiamos en que en ella podemos desplazarnos, sumergirnos y salir, coordinar el ritmo respiratorio, adecuarlo, variar nuestras posiciones y posturas, movernos con la misma libertad postural (en mas o en menos) que en el medio terrestre. Podemos perder sin temor, ocasionalmente el domino bípedo ya afianzado, para percibir nuevamente una mayor superficie en los apoyos, como sucedía usualmente en edades tempranas. Junto a la inmersión del rostro, la flotación es un logro de especificidad acuática que dará lugar a los sucesivos aprendizajes. ¿Qué se pone en juego en este dejarse sostener por el agua vivenciado en la flotación?
La flotación es considerada como un proceso, como una vivencia sustentada sobre la base del propio sostén del cuerpo. El cuerpo no puede flotar de por sí, sino es a través de la propia experiencia en el medio acuático.

EL CONTACTO EN EL SOSTÉN
El contacto es un modo de sostén, sobretodo inicialmente es un apoyo necesario. Intenta facilitar el registro postural, proveer a la persona de un sostén concreto cuando aún no ha sido vivenciado en el agua. Pero también hay otros modos de sostén corporales que no se limitan al contacto directo: la mirada y la voz son asimismo formas de contacto y de sostén que crean cierta especialidad necesaria, conforme avanza el aprendizaje, más aún en casos en que los límites corporales no están claramente delimitados, conformados, establecidos estructuralmente. En algunos niños (ya sea con o sin discapacidad), el “pegoteo con el otro” da cuenta de que algo de lo psicomotor no terminó de instalarse respecto de la autonomía del propio cuerpo. El exceso de contacto, confunde aún más el límite muy poco claro entre ambos, y a veces sin tener conocimiento de ello uno apela a este contacto en el que se persevera en la indiscriminación que el niño padece.
En la medida en que los cuerpos se van distanciando en este proceso de acompañamiento en el aprendizaje, el contacto directo va siendo menos necesario, y toman entonces la posta, la mirada y la voz, como aquellos recursos que organizan y orientan el accionar del otro. La palabra, además de organizar y orientar la acción, otorga temporalidad, instala ritmos, pausas. Estas otras formas de contacto son formas de ligazón al otro que sostienen. Por otra parte, el contacto directo de las manos sobre el cuerpo del otro, no siempre distiende ni favorece los estados tónicos adecuados para poder moverse allí. Se ofrece de tal manera que no inquiete, ni incomode, es un contacto que no debe ser persistente, sino atento a lo que el otro va necesitando.

LOS JUEGOS DE SOSTÉN

Entiendo que el cuerpo del profesional allí sumergido junto al del niño, es el lugar primordial de sostén inaugural, que ofrece mucho más que una superficie de contacto o de apoyo. En ese espacio se generan los denominados “juegos de sostén” que D. Calmels, (2001) analiza dentro de las funciones de crianza. Los más frecuentemente instrumentados con los niños se desarrollan con el propio cuerpo y/o con objetos intermediarios (tablas, objetos con superficies planas que invitan a subirse).
Mencionaré algunos de ellos:
o Mecimientos.
o Apoyos diversos sobre superficies amplias y reducidas, en decúbitos, sentados, de rodillas (con creciente criterio de complejidad postural).
o Rolidos
o Traslados montados sobre objetos y traslados de los niños entre si.
o Deslizamientos, etc.

El poder dejarse sostener primero por el otro y luego por el agua da cuenta del autosostén.

Podemos inferir por todo lo expresado que en el agua se reedita el propio sostén, aquel construido en el vínculo temprano. Porque flotar, no es más que dejarse sostener por el agua, habiendo perdido de manera temporaria el domino bípedo, con una vuelta a percibir la horizontalidad.
Acceder a la flotación, implica una cierta acomodación postural.
Respecto de la postura, temática ligada al sostén y a la flotación, será desarrollada en un artículo de próxima publicación.


Mariela K. Papaleo
Licenciada en Psicomotricidad (UNTREF)
Prof. Nac. de Educación Física
Terapeuta Especializada en el medio acuático

Pag Web : www.espacioacuatico.com.ar

E-mail:
psicomotricidad@argentina.com


Bibliografía consultada

 Bachelard, G. (1997) El agua y los sueños. México: Fondo de Cultura Económica.


 Calmels, D. (2001) Del sostén a la transgresión. El cuerpo en la crianza. Capítulos de psicomotricidad. Bs. As.: Ediciones Novedades Educativas.

 De Ajuriaguerra, J. (1993) Manual de Psiquiatría Infantil. España: Edit. Masson

 De Ajuriaguerra, J. (1982) “Ontogénesis de las posturas”. En Alonso- Fernández, Francisco. (Comp.) Cuerpo y comunicación. Madrid: Ediciones Pirámide, S. A.
 Jardí Pinyol, C. (2000) Movernos en el agua. Barcelona: Editorial Paidotribo.
 Winnicott, Donald. La pareja madre-lactante: La función materna. (1960) Biblioteca D. Winnicott. [en línea] [citado marzo 2005] Disponible en Internet

 Papaleo, M. (2005) “El cuerpo del niño en la espacio-temporalidad acuática. La perspectiva psicomotríz en los primeros aprendizajes”. Tesis de grado de la carrera de Licenciatura en Psicomotricidad de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Acerca de las actividades acuáticas terapéuticas...

Fragmentos seleccionados del texto "Las prácticas acuáticas del bebé" de Jean Le Camus:

El mundo de las prácticas precoces en el agua no es un corpus doctrinal y tecnológico unificado...mas bien se trata de un caleidoscopio pedagógico o, si se prefiere, de un espejo que envia múltiples imágenes...

La atención del terapeuta gira hacia otros objetivos: tranquilizar, dar confianza, conseguir un principio de iniciativa... El niño no debe buscar primeramente el dominio del elemento, sino familiarizarse; es un diálogo que se teje entre el agua y el niño...

El agua debe utilizarse como "mediación terapéutica"...
La actividad acuática puede tener una triple función. Una función de abrazo tranquilizador, protector, unificador: el agua sería apreciada como una segunda piel (el agua-piel)sustituyendo o restableciendo la que la madre no ha sabido (o no ha podido) dar al niño en las primeras fases de su desarrollo. Una función de delimitación del propio cuerpo: el agua sería como una especie de interface que diferencia el si (el interior) y el mundo (el exterior). Una función de conocimiento y de situación de entorno: el agua sería el medio gracias al cual se opera el descubrimiento y la aceptación progresiva del espacio (espacio aéreo y espacio acuático), del objeto físico (aquellos que flotan, aquellos que llenamos y vaciamos, aquellos que podemos cambiar...) del objeto-socius (el que constituye el terapeuta y los que constituyen los eventuales compañeros de juego)

El niño es alguien que quiere crecer y que necesita jugar con su cuerpo instrumental, el cuerpo del dominio y de la conquista...

sábado, 5 de septiembre de 2009

CURSO de EXTENSION UNIVERSITARIA "UNTREF"

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO
Licenciatura en Psicomotricidad
Taller de Extensión Universitaria

El Medio acuático y el enfoque psicomotor

Docente Lic. Mariela Papaleo
(Psicomotricista - Prof. Nac. de Educación Fisica)
www.espacioacuatico.com.ar

2º Cuatrimestre de 2009
Viernes de 16 a 18 hs
2 AL 30 DE OCTUBRE DE 2009
Sede Caseros
Informes e inscripcion
www.untref.edu.ar

Propuesta
Promover un abordaje alternativo al tradicional, en lo relativo al proceso de enseñanza-aprendizaje en el área de las actividades acuáticas, fundamentado en la teoría y práctica psicomotríz, potencialmente enriquecedor de la tarea educativa de los profesionales participantes.
Objetivos:
 Establecer la especificidad y el análisis de las diferentes variables psicomotoras en juego en el medio acuático, como aporte teórico-práctico que favorezca la instrumentación de recursos por parte de los profesionales participantes en el desempeño del rol educativo o terapéutico.

 Promover el espíritu reflexivo y generar nuevos interrogantes en los docentes participantes, acerca de las metodologías tradicionales utilizadas en la práctica cotidiana, como también en lo relativo al desempeño del propio rol.

 Difundir la práctica psicomotríz desarrollada en el medio acuático como ámbito propicio para llevar a cabo tratamientos concernientes al área de la salud, con problemáticas de diversa índole, dados los efectos terapéuticos (tónico-posturales, espacio-temporales) que devienen de su abordaje.

Contenidos
Concepto de actividades acuáticas y de Psicomotricidad.
Concepto de cuerpo y organismo: Las técnicas de nado. El tono y la emoción. Lo universal y lo particular de la motricidad humana.
El proceso de ambientación/familiarización del niño en el agua de acuerdo al enfoque psicomotor. Su relación con las primeras formas de vinculación afectiva.
El espacio y el tiempo como estructurantes del proceso de aprendizaje.
Variables psicomotoras en juego en el medio acuático: tono, actitud, postura, ritmo, sostén, flotación, respiración, relajación, realización psicomotríz.
La profundidad acuática. La función del docente y su rol.
La discapacidad y el medio acuático: del mito a la práctica cotidiana.
Requisitos de aprobación ASISTENCIA a un mínimo de 4 encuentros, PARTICIPACION ACTIVA, presentación de trabajo escrito.
Dirigido a Profesores de EDUCACION FISICA, PSICOMOTRICISTAS, técnicos/ instructores de natación.
Cantidad de encuentros y carga horaria: 5 encuentros de 2 hs.
Desarrollo curricular clase por clase

Clase 1: Presentación de la temática. Conceptos de actividades acuáticas y Psicomotricidad. Generalidades del abordaje psicomotor. Especificidad, alcances e incumbencias de la disciplina en el campo de la práctica.
Clase 2: Conceptos de cuerpo y organismo. Lo universal y lo particular de la motricidad humana. El sujeto al servicio de las técnicas de nado vs. las técnicas al servicio del sujeto.
Clase 3: El proceso de ambientación/familiarización del niño en el agua de acuerdo al enfoque psicomotor. Su relación con las primeras formas de vinculación afectiva. El espacio y el tiempo como estructurantes del proceso de aprendizaje. La función del docente como facilitador.
Clase 4: Variables psicomotoras en juego en el medio acuático: tono, actitud, postura, ritmo, sostén, flotación, respiración, relajación, realización psicomotríz. Su vinculación en el despliegue acuático.
Clase 5: La discapacidad y el medio acuático: del mito a la práctica cotidiana. Casos clínicos.
Bibliografía

 Bachelard, G. (1997) El agua y los sueños. México: Fondo de Cultura Económica.

 Bergès, J. (1974) “Algunos temas de investigación en psicomotricidad”. Publicado en Cuadernos de terapia psicomotríz Nº 1. Bs. As. Número especial de la Sociedad Internacional de Terapia Psicomotríz.
 Bergès, J. (1982) “Diagnóstico y terapia en psicomotricidad”. En Alonso-Fernández, Francisco. (Comp.) Cuerpo y comunicación. Madrid: Ediciones Pirámide, S. A.

 Biscosa, G. – Sagray, H. (1996) “Psicomotricidad en y con el agua para niños y adolescentes”. Publicado en Crónicas Clínicas en Relajación Terapéutica y Psicomotricidad Nº 4. Bs. As. Universidad Nacional de Quilmes.
 Calmels, D. (1997) Espacio Habitado. En la vida cotidiana y en la práctica psicomotríz. Capítulos de psicomotricidad. Bs. As: D&B editores.
 Calmels, D. (2000) “El juego corporal”. En Bottini, Pablo. (Comp.) Psicomotricidad: Prácticas y conceptos. Bs. As: Miño y Dávila Editores.
 Calmels, D. (2001) Del sostén a la transgresión. El cuerpo en la crianza. Capítulos de psicomotricidad. Bs. As.: Ediciones Novedades Educativas.
 De Ajuriaguerra, J. (1980) Entrevista a J. de Ajuriaguerra por Myrtha Chokler. Revista de Psicomotricidad, Año 3, Nº 3, Bs. As. Asociación Argentina de Psicomotricidad.
 De Ajuriaguerra, J. (1982) “Ontogénesis de las posturas”. En Alonso- Fernández, Francisco. (Comp.) Cuerpo y comunicación. Madrid: Ediciones Pirámide, S. A.
 Fernández, A. (1993) La inteligencia atrapada. Abordaje psicopedagógico clínico del niño y su familia. Buenos Aires: Nueva Visión
 Jardí Pinyol, C. (2000) Movernos en el agua. Barcelona: Editorial Paidotribo.
 Lloret, M. y otros (1991) Natación terapéutica, Barcelona: Editorial Paidotribo
 Moreno Murcia, J. Antonio – Gutiérrez Sanmartín M. (1998) Actividades acuáticas educativas. España: Edit. INDE
 Papaleo, M. (2005) “El cuerpo del niño en la espacio temporalidad acuática. La perspectiva psicomotríz en los primeros aprendizajes acuáticos”. Tesina de grado Licenciatura UNTREF
 Schmitt, P (1996) Nadar. Del descubrimiento al alto nivel. Un enfoque innovador en la enseñanza de la natación. España: Edit. Hispano Europea.

martes, 16 de junio de 2009

Que es la Psicomotricidad?

QUE ES LA PSICOMOTRICIDAD?

“La psicomotricidad es una disciplina, producto de la cultura, a la cual le interesa el cuerpo del niño y sus perturbaciones, y toma como objeto particular de estudio el cuerpo y sus manifestaciones”, define el psicomotricista Daniel Calmels.

Incluye además el trabajo con bebés, adultos, discapacidad y con aquellos niños que presentan trastornos severos de la subjetivación, es decir con sujetos acerca de los cuáles uno se interroga por cierto grado de dificultad en su hacer psicomotor, no sólo cuando aparece la ineficacia motriz, sino sobretodo cuando está silenciado en el cuerpo de un niño el hacia dónde… el para qué… el con quien…

Las razones de tal disfuncionamiento corporal pueden ser por causas orgánicas o funcionales, y se manifiesta a nivel de la organización tónico-postural, a través de la puesta en juego del cuerpo en determinadas situaciones.

Es decir que el hacer del cuerpo se desarrolla siempre en un contexto: escolar, familiar, cotidiano, laboral, etc. en el que aparece el cuerpo con sus tropiezos… Estos “tropiezos”, se ubican en el plano del funcionamiento corporal, es decir, en aquellas acciones que implican una determinada secuencia, dirección precisa y cierta calidad en la ejecución.


UNA BREVE HISTORIA DE LA PSICOMOTRICIDAD

La Psicomotricidad es una disciplina que ha ido desarrollando y definiendo su cuerpo teórico a lo largo del último siglo. A comienzos del 1900 el Dr. Dupré a partir de su investigación en niños débiles mentales, pudo establecer la vinculación entre las anomalías neurológicas y psíquicas con las motrices, describiendo así el cuadro de “debilidad motriz” con el aporte proveniente de la neurología.

Concomitante al campo clínico, y a partir de múltiples interrogantes e hipótesis que suponían la estrecha relación entre el cuerpo y el psiquismo, una serie de notables investigadores se han ido sucediendo a partir de la práctica del campo clínico en busca de respuestas que las ciencias hegemónicas legitimadas de la época no satisfacían. Estos investigadores, entre ellos Henry Wallon (1930) y el Dr. Julián De Ajuriaguerra (1947), dos grandes exponentes, han sido los primeros hacedores de nuevos conocimientos a partir de su práctica clínica, pilares que sostienen nuestra teoría y práctica.

H. Wallón nos aporta el carácter dialéctico entre los conceptos de tono y emoción, y la importancia del intercambio del sujeto con el medio. Por su parte De Ajuriaguerra es quien introduce el concepto de “diálogo tónico” que alude a los intercambios tónico-posturales entre la madre y el bebé, (momento inaugural del intercambio afectivo), y además es quien describe originariamente los síndromes psicomotores, diferenciándolos de aquellas alteraciones cuyo origen es neurológico o psíquico.

Muchos otros han continuado en la permanente investigación tanto en el campo de la educación como de la clínica, redefiniendo los conceptos que le son propios al campo disciplinar: cuerpo, tono, actitud, postura, gestualidad, emoción, realización, en el espacio- tiempo, con objetos y con los otros sujetos.

Este es nuestro objetivo. Que entre en escena aquello que el cuerpo produce y con lo que cuenta…

martes, 19 de mayo de 2009

Bienvenidos a Agua Clara

La Psicomotricidad en el agua es un enfoque desarrollado por profesionales idóneos en el área de las actividades acuáticas y de la Psicomotricidad.

Nos interesa ocuparnos de las problemáticas infantiles, para poder estimular y acompañar el desarrollo psicomotor particular de cada niño o niña. La psicomotricidad nos ofrece el juego como recurso facilitador de aprendizajes y experiencias, y el agua es el ámbito propicio de estimulación sensorial y motriz para el niño por las multiples posibilidades de movimiento y de registros propioceptivos.

Nuestra tarea con jóvenes y adultos, nos convoca a trabajar con los procesos terapeuticos particulares de cada paciente:
•En rehabilitación acuatica, favoreciendo la estimulación de ciertas funciones neuromotoras, que contribuyan a la mejora del funcionamiento corporal en la vida cotidiana.

•Natacion terapeutica: encontrar un modo propio de moverse en el agua, sin requerimientos tecnicos que lo condicionen,

Nuestro objetivo no es la búsqueda del ajuste motor del cuerpo a las tecnicas de nado como modelo a reproducir, sino que las consideramos dentro del proceso terapeutico como medio para encontrar la comodidad postural, necesaria para desplazarse, respirar, flotar, estar a gusto, y encontrar otros modos de movimiento en esta experiencia acuática.

Nuestro dispositivo está pensado en función de cada paciente, Es por eso que no trabajamos en nombre del “diagnóstico”, como sello que define a la persona en lo irreversible de su trastorno, consideramos que esta agrupabilidad y clasificación dentro de ciertos comportamientos y signos, borra la subjetividad que da derecho a la propia identidad como personas, y al consecuente desarrollo de las potencialidades.

Tampoco aplicamos ciertos procedimientos estandarizados según los síndromes o trastornos, sino que nos convoca conocer a cada sujeto en particular, y construir con él o ella un camino posible, que favorezca sus modos de hacer, y de vincularse con su entorno. Es una tarea sorprendente, en el sentido de poder acompañar y descubrir lo que SI PUEDE alguien con una discapacidad…

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