domingo, 24 de enero de 2010

La HIDROTERAPIA y SUS ORIGENES

Breve reseña a partir de la lectura del libro "Curarse con el Agua", de Jean-Luc Caradeau (2007) Ed. Robinbook

Lic. Mariela Papaleo
marielapapaleo@gmail.com

"Los efectos fisiológicos del agua sobre nuestro cuerpo".

La Hidroterapia es un tratamiento relajante y curativo ya conocido en la Antigüedad.

El joven sacerdote alemán Sebastián Kneipp, en el siglo XIX, es considerado el padre de la hidroterapia moderna, que si bien ya se practicaba en la época de Hipócrates, puede adjudicársele que ha renovado el método en buena medida.

Fue él mismo quien estando enfermo y sin resultados a partir de los tratamientos que ofrecía la ciencia para su curación, descubrió un libro escrito por el doctor Hanh, y allí pensó que el agua podía curar todas las enfermedades.

Luego fueron miles los enfermos que trató a lo largo de su vida...¿Cómo no ocuparse de la salud corporal cuando uno ve a los pobres enfermos inmovilizados en su lecho de dolor?

A partir de su experiencia personal, forjó una teoría de las enfermedades, en la que todas ellas derivaban de una causa única. Según Kneipp, todas nuestras enfermedades provienen del hecho de que nuestra sangre está viciada y circula mal. Por tanto, para curarlas hay que actuar sobre esta savia vital, alejar de ella los elementos corrompidos y regular su circulación. El resultado se obtiene mediante el juicioso empleo del agua, que obedece como un fiel servidor.

El agua disuelve los cuerpos extraños que obstruyen la sangre y estimula su evacuación, fortalece los órganos y restablece una circulación normal. He aquí el resumen de la teoría de Kneipp.

Kneipp plantea varias técnicas a utilizar, según el paciente y su enfermedad: los baños, las compresas, envolturas, la afusión, la fricción, entre otras, basadas en una temperatura de baja del agua (entre 15 y 18 grados), los efectos son: la contracción de los vasos sanguíneos, mejora la circulación, contribuye a una mejor oxigenación de los tejidos, tonifica los músculos, reduce la inflamación, aleja la sangre de los tejidos periféricos congestionados o inflamados.

En el caso del agua caliente y las prácticas de inmersión, puede ser estimulante o relajante según como se utilice, mejora el sistema de defensas, mejora la circulación sanguínea y permite una aceleración de la eliminación de los residuos, relaja, disminuye la tensión y el dolor muscular, dilata los vasos sanguíneos.

A través de su tratado acerca de las propiedades curativas de agua, el autor describe para cada enfermedad un posible método de curación, a partir de técnicas apropiadas que garantizarían su eficacia.

En la introducción de su libro escribe algo de lo autobiográfico que anticipa el desarrollo exhaustivo que hará acerca de los efectos del agua sobre nuestro cuerpo...

"En 1847, dos célebres médicos me desahuciaron, tenía ya un pie en la tumba, y los dos sabios admitieron que no tenía posibilidad de curación. Gracias al agua sigo vivo, me siento alegre y capaz de emprender muchas obras. Lo que me devolvió la salud cuando me hallaba a las puertas de la muerte, sin duda servirá a los demás: el remedio no fue ni más ni menos que el agua..."


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Me quedo pensando en lo sensorial como una posible cura...
Volver al registro de aquello que nos ha conformado... a partir del contacto, de la mirada, de la escucha, los sentidos despiertan... se resignifican en lo estimulante y vigorizante del agua, que nos devuelve la sensación de manatial en nuestra interioridad...

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