domingo, 27 de septiembre de 2009

Acerca de las actividades acuáticas terapéuticas...

Fragmentos seleccionados del texto "Las prácticas acuáticas del bebé" de Jean Le Camus:

El mundo de las prácticas precoces en el agua no es un corpus doctrinal y tecnológico unificado...mas bien se trata de un caleidoscopio pedagógico o, si se prefiere, de un espejo que envia múltiples imágenes...

La atención del terapeuta gira hacia otros objetivos: tranquilizar, dar confianza, conseguir un principio de iniciativa... El niño no debe buscar primeramente el dominio del elemento, sino familiarizarse; es un diálogo que se teje entre el agua y el niño...

El agua debe utilizarse como "mediación terapéutica"...
La actividad acuática puede tener una triple función. Una función de abrazo tranquilizador, protector, unificador: el agua sería apreciada como una segunda piel (el agua-piel)sustituyendo o restableciendo la que la madre no ha sabido (o no ha podido) dar al niño en las primeras fases de su desarrollo. Una función de delimitación del propio cuerpo: el agua sería como una especie de interface que diferencia el si (el interior) y el mundo (el exterior). Una función de conocimiento y de situación de entorno: el agua sería el medio gracias al cual se opera el descubrimiento y la aceptación progresiva del espacio (espacio aéreo y espacio acuático), del objeto físico (aquellos que flotan, aquellos que llenamos y vaciamos, aquellos que podemos cambiar...) del objeto-socius (el que constituye el terapeuta y los que constituyen los eventuales compañeros de juego)

El niño es alguien que quiere crecer y que necesita jugar con su cuerpo instrumental, el cuerpo del dominio y de la conquista...

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