viernes, 27 de agosto de 2010

Abstract Charla Senderos del Sembrador

Abstract Charla “Psicomotricidad y actividades acuáticas para las personas con discapacidad”
Lic. Mariela Papaleo

Lugar: Senderos del Sembrador
Centro de Dia para personas con discapacidad
Agosto 25, de 2010

Agradezco la invitación por parte de la institución, en especial a la Lic. Karina Guerschberg, Directora General del Centro

La PSICOMOTRICIDAD es una disciplina que se ocupa del cuerpo y sus manifestaciones gestuales, tónicas, actitudinales y posturales, e interviene sobre los modos de funcionamiento del sujeto en evidencia de perturbaciones que lo afecten en el área de la ejecución.

Su práctica está al servicio de bebés, niños, jóvenes y adultos con y sin discapacidades, y los alcances de su intervención en el ámbito educativo y terapéutico.

En esta oportunidad, su marco teórico-práctico ofrece aportes al área de las actividades acuáticas, proponiendo diferencias y alternativas respecto de la perspectiva de abordaje del modelo de natación tradicional.

La NATACION TRADICIONAL propone un modelo técnico al que el sujeto debe adecuarse, a partir de algunos pasos metodológicos estandarizados que crecen en complejidad, se espera un logro, un objetivo, y lleva implícito que el sujeto logre adecuarse a la uniformidad de la técnica.

Esta concepción de cuerpo está ligado a la EFICIENCIA, cuya valoración está en el objetivo alcanzado. De esta manera, el sujeto queda al servicio de los requerimientos y ajustes técnicos.


La NATACION TERAPEUTICA segun el ENFOQUE PSICOMOTOR, promueve que la técnica sea considerada como recurso y no como fin en si mismo, como medio para el desplazamiento autónomo.
En este caso, la técnica está al servicio del sujeto. Responde a la lógica de la EFICACIA, cuya valoración está en el PROCESO.

El “AGUA” como medio significativo en el proceso terapéutico:

-Las propiedades físicas (propias del agua), y las "mágicas" que suponen curación/sanación adjudicadas al medio (facilitadoras), junto a los fenómenos subjetivos y vinculares en juego, hacen posible la singularidad del proceso.
- Se construye una categorización del Espacio – Tiempo – Objeto particular: El Agua es a su vez “continente” para permanecer y “contenido” para el intercambio.

El enfoque psicomotor de la discapacidad en el medio acuático.


-Espacio de participación colectiva, con reglas y órdenes establecidos
-Lugar de intercambio con otros, con otras diferencias subjetivas y corporales (no solo otras discapacidades)
-Espacio de inclusión de las diferencias (que no es agrupabilidad)
-Valoración de la función de la familia/entorno de la persona con discapacidad: testigos del proceso, participantes activos, mirada que resignifica la imagen de ese sujeto (niño/joven) como productor de movimiento, mas allá de, y con su discapacidad.


“La diferencia es tomada como discapacidad.
En el cuerpo y en la gestualidad se suelen reflejar las diferencias entre los hombres”
Daniel Calmels
La Discapacidad del Héroe (2009)


Lic. Mariela Papaleo
Psicomotricista
Prof. Nac. Educación Física

Contacto:
http://www.espacioacuatico.com.ar/

Artículos
www.espacioacuatico/blogspot.com

E-mail
marielapapaleo@gmail.com

Facebook/agua clara natación terapéutica


domingo, 9 de mayo de 2010

La natación terapéutica y la intervención psicomotríz
Por Lic. Mariela Papaleo
marielapapaleo@gmail.com

Introducción
El cuerpo teórico y la práctica psicomotríz, nos ofrecen herramientas para pensar el cuerpo en el agua, y precisar estrategias particulares con el fin de favorecer los modos de funcionamiento corporal de cada sujeto.
A partir de poder precisar, delinear, singularizar procedimientos, surgen preguntas centrales acerca de qué es lo que cura o alivia en el medio acuático? es el agua lo que cura o alivia? es el proceso terapéutico? Es lo que allí sucede entre el agua, el terapeuta y el paciente? Será aquello que el agua reúne en su fluidéz?
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Debemos considerar de gran valor las creencias que nos atraviesan acerca del agua, con un peso indiscutible en el proceso terapéutico y en sus efectos.
Se le ha conferido al agua un sentido curativo desde la Antigüedad, su poder sanador atraviesa practicas como la hidroterapia (ver articulo publicado), el valor del “agua bendita” en las religiones y sus poderes de purificación, como también considerar la natación “el deporte mas completo”
La medicina poco a poco se ha ido sumando a esta concepción curativa del agua. Y siendo la ciencia hegemónica que rige nuestros tiempos, que con saber soberano autoriza y legaliza las terapéuticas que corresponden a la curación del cuerpo, (mas bien aclaremos que se ocupa del organismo), indica los tratamientos adecuados para ello, siendo las actividades acuáticas altamente recomendadas por su bajo impacto.
Es la ciencia madre de las derivaciones a las diferentes disciplinas terapéuticas, y a propósito del medio acuático es un ámbito propicio para el abordaje de un gran espectro de enfermedades, permanentes o transitorias, discapacidades motoras y mentales, niños, adultos, tercera edad. Los bebés también asisten a la propuesta acuática como fuente de gran estimulación propioceptiva y sensorial, ligada a favorecer además el vinculo lúdico-parental.

Es evidente que sus “poderes curativos” se han extendido para todos aquellos que presentan algún tipo de disfuncionamiento en su cuerpo.
Ya no se circunscribe a la enseñanza de estilos, ni sólo a la rehabilitación funcional de una lesión muscular o articular, sino que ha ampliado su espectro al servicio de todos aquellos que por alguna razón la requieran, padecimientos en muchos casos ligados al stress.

En ese intersticio entre lo puramente rehabilitador del organismo, lo deportivo-recreativo, y todo el abanico de actividades que se ofrece en la actualidad, se ubica la intervención psicomotríz en el medio acuático, que tiene como premisa dejar entrar lo subjetivo del paciente, directriz que va a delinear un proceso particular frente a la uniformidad del diagnóstico médico.
Poderes magicos/curativos del agua vs. la intervención psicomotriz

Ahora bien, la pregunta sería si es el agua con sus poderes mágicos/curativos/descontracturantes, por su temperatura, por su generosidad envolvente, de por si nos ofrece la curación o el alivio… Si lo circunscribimos al ámbito de la psicomotricidad es la intervención del psicomotricista el eje esencial del trabajo.

Cuando hablamos de intervención en este área, nos referimos a una acción intencionada con miras a generar algún tipo de registro, modificación tónica, o variabilidad postural, etc. por parte del paciente, y esto se da en el marco de una relación terapéutica entre ambos.
Intervenir es estar al servicio de lo que es preciso hacer para ese paciente. La intervención se dirige a un otro, es particular porque responde a una situación determinada. Las acciones están contextuadas en un espacio-tiempo, las intervenciones están sujetas a esa dinámica, a ese paciente.

Es a través de esta apreciación, que se le da entrada a lo que el sujeto trae, posibilidades y obstáculos, fijezas e inhibiciones cobran un sentido, se desenvuelven, se resignifica la experiencia terrestre en una nueva lógica de movimiento. Sensaciones de comodidad e incomodidad comienzan a ser los primeros registros, a partir de esta nueva experiencia.

Los efectos terapéuticos en el medio acuático tienen alcances que superan el área puramente motriz – instrumental, la vitalidad acuática afecta al sujeto en su naturaleza humana….
El agua como terceridad en la intervención terapéutica*

En el abordaje terapéutico el agua viene a representar una terceridad: El paciente, el agua, el terapeuta… El agua puede considerarse no sólo como un fluido que nos reúne sino como un elemento/objeto que nos permite el intercambio.
Entre ambos el agua es un objeto, un tercero que pude incluirse como mediador… con los niños es muy oportuno conferirle al agua ciertas bondades, un espacio cálido y confortable que nos espera, nos contiene mientras jugamos y del que luego nos despedimos… es algo diferente a ambos.

A partir del agua como objeto, una secuencia espacio-temporal enmarca y organiza el encuentro terapéutico.
Descubrir el agua como terceridad es darle un estatuto de objeto, y aceptarla como tal es darle entrada a algo que no es no vos ni yo, sino otra cosa…una sustancia que nos envuelve a ambos, que nos convoca al encuentro, que nos reúne en su espacialidad.
Un fluido que nos invita a la fluidez, como experiencia vital en el intercambio.
Contamos con una terceridad que nos posibilita la comunicación, el armado de escenas, la ensoñación de lo vivido inéditamente en su volumen envolvente…
Confiamos en su envoltura y en su sostén, como espacio primigenio que nos ha alojado.
Con ella y en ella es posible el encuentro, el agua es el “entre dos” en el espacio terapéutico.
Es el elemento que nos salpica, que sostiene, que se traga involuntariamente, que se sopla, que nos traslada… es a traves de lo cual la mirada se cualifica en su transparencia, en su espesor…
A partir de su estruendosa magia inexplicable es que interactuamos en su seno.
La sonoridad propia del agua despierta y estimula la sonoridad del cuerpo. El ritmo de su mecimiento encadenado articula el cuerpo al movimiento y a la palabra. Nacen sonidos arrullados por la sonoridad. El agua es torbellino y es calma, da lugar al despliegue y a la pausa.
Cuando suceden fenómenos que trascienden la vivencia puramente orgánica, y aparece la experiencia lúdica, el registro de comodidad y de confianza, el agua se convierte en un simbolismo donde no es tan claro discernir donde reside su verdadera eficacia... será el entrecruzamiento que fluctua entre su misterio y su materia...?


*Agradezco especialmente la sugerencia vertida por la Lic. Roxana Lopez (Psicóloga) en relación al agua como terceridad.

domingo, 24 de enero de 2010

La HIDROTERAPIA y SUS ORIGENES

Breve reseña a partir de la lectura del libro "Curarse con el Agua", de Jean-Luc Caradeau (2007) Ed. Robinbook

Lic. Mariela Papaleo
marielapapaleo@gmail.com

"Los efectos fisiológicos del agua sobre nuestro cuerpo".

La Hidroterapia es un tratamiento relajante y curativo ya conocido en la Antigüedad.

El joven sacerdote alemán Sebastián Kneipp, en el siglo XIX, es considerado el padre de la hidroterapia moderna, que si bien ya se practicaba en la época de Hipócrates, puede adjudicársele que ha renovado el método en buena medida.

Fue él mismo quien estando enfermo y sin resultados a partir de los tratamientos que ofrecía la ciencia para su curación, descubrió un libro escrito por el doctor Hanh, y allí pensó que el agua podía curar todas las enfermedades.

Luego fueron miles los enfermos que trató a lo largo de su vida...¿Cómo no ocuparse de la salud corporal cuando uno ve a los pobres enfermos inmovilizados en su lecho de dolor?

A partir de su experiencia personal, forjó una teoría de las enfermedades, en la que todas ellas derivaban de una causa única. Según Kneipp, todas nuestras enfermedades provienen del hecho de que nuestra sangre está viciada y circula mal. Por tanto, para curarlas hay que actuar sobre esta savia vital, alejar de ella los elementos corrompidos y regular su circulación. El resultado se obtiene mediante el juicioso empleo del agua, que obedece como un fiel servidor.

El agua disuelve los cuerpos extraños que obstruyen la sangre y estimula su evacuación, fortalece los órganos y restablece una circulación normal. He aquí el resumen de la teoría de Kneipp.

Kneipp plantea varias técnicas a utilizar, según el paciente y su enfermedad: los baños, las compresas, envolturas, la afusión, la fricción, entre otras, basadas en una temperatura de baja del agua (entre 15 y 18 grados), los efectos son: la contracción de los vasos sanguíneos, mejora la circulación, contribuye a una mejor oxigenación de los tejidos, tonifica los músculos, reduce la inflamación, aleja la sangre de los tejidos periféricos congestionados o inflamados.

En el caso del agua caliente y las prácticas de inmersión, puede ser estimulante o relajante según como se utilice, mejora el sistema de defensas, mejora la circulación sanguínea y permite una aceleración de la eliminación de los residuos, relaja, disminuye la tensión y el dolor muscular, dilata los vasos sanguíneos.

A través de su tratado acerca de las propiedades curativas de agua, el autor describe para cada enfermedad un posible método de curación, a partir de técnicas apropiadas que garantizarían su eficacia.

En la introducción de su libro escribe algo de lo autobiográfico que anticipa el desarrollo exhaustivo que hará acerca de los efectos del agua sobre nuestro cuerpo...

"En 1847, dos célebres médicos me desahuciaron, tenía ya un pie en la tumba, y los dos sabios admitieron que no tenía posibilidad de curación. Gracias al agua sigo vivo, me siento alegre y capaz de emprender muchas obras. Lo que me devolvió la salud cuando me hallaba a las puertas de la muerte, sin duda servirá a los demás: el remedio no fue ni más ni menos que el agua..."


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Me quedo pensando en lo sensorial como una posible cura...
Volver al registro de aquello que nos ha conformado... a partir del contacto, de la mirada, de la escucha, los sentidos despiertan... se resignifican en lo estimulante y vigorizante del agua, que nos devuelve la sensación de manatial en nuestra interioridad...

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